medidores digitales tenían un ancho de banda bastante reducido, un par de miles de hertz,
por lo que no desplazaron por completo a los dispositivos de tipo analógico, en especial
aquellos que tenían anchos de banda bastante más amplios, como los osciloscopios. En los
últimos 20 años las técnicas de conversión analógica a digital se han perfeccionado bastante
con lo que los equipos digitales han aumentado considerablemente sus características de
respuesta en frecuencia.
Actualmente se puede conseguir en el mercado dispositivos para realizar la
conversión de una señal analógica a digital que pueden muestrear señales a frecuencias
superiores a 1 GHz. El creciente aumento en la velocidad de estos equipos trae consigo la
necesidad de utilizar componentes electrónicos de alta frecuencia, que son sustancialmente
más caros que sus homólogos de baja frecuencia, y a poner especial atención al diseños de
la placa de circuito impreso, PCB, a fin de evitar problemas tales como resonancia y
“rebote” de señales en las vías del PCB, así como los fenómenos de interferencia
electromagnética, IEM, y otros relacionados con las altas frecuencias. Todos estos factores
contribuyen a que el costo final del equipo sea considerablemente alto.
Sin embargo en los últimos años han comenzado a aparecer sistemas de
instrumentación basados en el uso de las computadoras electrónicas. Debido a que
actualmente las computadoras pueden alcanzar altas velocidades de cálculo a un precio
razonablemente bajo, se evita el uso de componentes discretos especializados transfiriendo
las tareas de estos al procesador de la computadora y al software de la misma, con lo que el
precio final del sistema se ve reducido sustancialmente. La mayoría de estos sistemas están
diseñados para trabajar en computadoras personales PC, como tarjetas internas conectadas
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